Piernas grandes, glúteos sobresalientes. A menudo, el lipoedema se considera erróneamente como sobrepeso u obesidad. Sin embargo, el lipoedema no tiene nada que ver con el sobrepeso. Más bien, es el resultado de una acumulación patológica de células de grasa en las extremidades. Típicamente, afecta las piernas. Dado que el lipoedema se produce casi exclusivamente en mujeres, los expertos asumen causas hormonales.
A pesar de una dieta consciente y el ejercicio, las mujeres afectadas generalmente aumentan de peso en sus piernas y/o, con menor frecuencia, en los brazos. El aumento de la acumulación de células grasas no puede reducirse mediante la reducción del consumo de calorías.
No existe aún una investigación exhaustiva sobre el lipoedema. Sin embargo, una cosa es segura: esta enfermedad crónica no es causada por una alimentación inadecuada o una ingesta excesiva de alimentos. Los expertos suponen una predisposición genética, así como desencadenantes hormonales.
El lipoedema a menudo comienza durante la pubertad. Sin embargo, el uso de anticonceptivos orales, el embarazo y la menopausia también parecen ser factores desencadenantes. En los hombres, los cambios de tipo lipoedema solo se han descrito en el contexto de agentes terapéuticos hormonalmente activos, desequilibrios hormonales pronunciados (por ejemplo, hipogonadismo), o cirrosis hepática.
Los expertos dividen el lipoedema en tres etapas. Los síntomas del lipoedema pueden variar mucho de una persona a otra; no todos los pacientes, por ejemplo, llegan a la etapa tres.
Etapa I: la piel se ve lisa. Si se presiona, hay tejido subcutáneo engrosado uniformemente con consistencia suave.
Etapa II: la piel muestra una textura irregular que se asemeja a la piel de una naranja. Los nódulos subcutáneos que varían en tamaño son palpables.
Etapa III: el aumento de volumen del tejido adiposo subcutáneo ha progresado aún más con induraciones más grandes y más prominentes que en la etapa II. Hay depósitos de grasa lobular deformados que pueden causar una distorsión considerable del perfil de la extremidad.
Dado que las causas del lipoedema no se han determinado de manera concluyente, tampoco existen medidas preventivas.
El peso puede agravar los síntomas y favorecer la progresión de la enfermedad, por lo que una dieta saludable puede tener una influencia positiva.
¿Le han diagnosticado lipoedema? Este trastorno crónico progresivo está caracterizado por la variabilidad individual y la imprevisibilidad de su curso clínico.
Por lo tanto, el tratamiento consiste en varios enfoques terapéuticos que deben combinarse según sea necesario.
El drenaje linfático manual ayuda a activar los vasos linfáticos y a asegurar un drenaje más rápido del líquido linfático. Esto reduce la hinchazón en las piernas. Además, el uso del desgaste por compresión ayuda a reducir el desarrollo de la hinchazón y la sensación dolorosa. El ejercicio y el cuidado de la piel también son partes importantes de la terapia física.
El ejercicio, como caminar, nadar o senderismo, es bueno para el cuerpo y la mente y ayuda a aliviar la incomodidad.
La tensión psicológica de vivir con lipoedema puede ser considerable. Es posible que escuche comentarios insidiosos como: coma menos, haga más ejercicio... Declaraciones como estas podrían disminuir aún más su autoestima; el estrés podría llevar a la depresión y trastornos de la alimentación. Una persona con lipoedema puede sentirse insegura con respecto a su apariencia y experimentar una pérdida de autoestima. En algunos casos, estos sentimientos pueden llevar a la depresión, los trastornos de la alimentación y otros problemas psicológicos. La psicoterapia puede ser recomendada para ayudar a desarrollar habilidades para afrontar.
La cirugía está indicada si, a pesar de un tratamiento conservador minucioso, los síntomas persisten o empeoran. La obesidad mórbida, en caso de presentarse, debe abordarse terapéuticamente antes de la liposucción. Después de la liposucción, los pacientes deben usar prendas de compresión durante varias semanas.